viernes, 23 de septiembre de 2011

Villa San Carlos 0 - Excursio 0 (11.12.93)

Ya para el año 1993 no existía otra actividad más importante para un sábado por la tarde que ir a ver al verde. Villa San Carlos era el equipo nuevo de la Primera C para el torneo 93/94, el popular cuadro de Berisso había logrado el ascenso luego de miles de intentos. Llegada la quinta fecha del Clausura, Excursio estaba invicto con 2 victorias y 2 empates. En un sofocante sábado de diciembre debía viajar a este suburbio platense para medirse con los celestes.
Durante la semana programamos el viaje. Tomamos el colectivo 105 a la Estación 11 de Noviembre y, de ahí un ómnibus a la ciudad de La Plata. Almorzamos en la ciudad de las diagonales y buscamos la parada del colectivo 202 que nos llevaba a la cancha. Previo a ingresar a la ciudad, nos dio la bienvenida un cartel oxidado donde se leía "Bienvenido a la ciudad del inmigrante". Cabe recordar que desde esta urbe partieron las primeras columnas de obreros en Octubre de 1945, para cambiar definitivamente la historia del país y la vida política del entonces coronel Juan Domingo Perón.
Nos bajamos en la avenida principal y caminamos unas cuadras hasta encontrar la cancha. Era un estadio sumamente humilde, con una tribuna gigante en una de sus cabeceras. Esa tribuna de cemento en vez de parecer normal, quedaba algo descolocada respecto a la pequeñez de todo su alrededor.
El espacio destinado al público visitante, incómodo y sin tribunas de ningún tipo, era lamentable. El calor allí era agobiante e insoportable. Para colmo de males ni siquiera tenía agua corriente para refrescarse.
Todos esperábamos la llegada de gran cantidad de público porque la campaña del verde era prometedora. Cuando salió el equipo a la cancha con Giménez, Rodríguez, Dopazo, Gorsd, Lazarte, Leiva, Pérez, Maidana, Martín, Vitale, y Szeszurak, el espacio visitante estaba casi completo. Aún no había llegado la hinchada, algo extraño para un partido tan trascendental.
Finalizado el primer tiempo y con el resultado empatado en cero, por radio nos llegó la información que la barra del Bajo se había enfrentado con la de Claypole, en las inmediaciones de dicha localidad.
Al principio no entendíamos nada, pues la ruta hacia Berisso hacía imposible un cruce por esa zona. Luego ampliaron la información y lo sucedido fue que la barra había levantado un grupo de hinchas que vivían en la villa de Soldati. Esa fue la razón de porqué la caravana tomó por Camino Negro hacia Berisso. Cuando pasaron por Claypole se armó una trifulca infernal que incluyó de todo, luego debieron continuar el viaje con uno de los micros averiados en su parabrisas, lo que significó un retraso importante.
Al cabo de tres horas de travesía y cuando faltaban solo 10 minutos para que finalice el encuentro, dos micros se hicieron presentes en el estadio con banderas, bombos y estandartes. Lo asombroso fue que instantes después, arribó un tercer micro con hinchas en el techo. Por error accedió por una de las calles que daban a la tribuna local, provocando que haya corridas y piedras volando por un rato hasta que ingresaron.
Faltaban unos pocos minutos para que termine el soporífero partido, y la barra recién colgaba las banderas y empezaba a alentar al equipo. Aún tengo la imagen de un hincha trepado en una columna de iluminación totalmente devorada por el óxido, atando una larga bandera verde y blanca. Los hinchas de San Carlos no salían de su asombro ante semejante invasión de leales verdes. Confieso que fueron 5 minutos de una excitación plena con toda la tribuna cantando desaforadamente, pero a pesar del esfuerzo sobrehumano que hicimos el trámite del partido no varió.
El encuentro terminó 0-0, y nadie tenía más fuerzas para nada. Tampoco había una gota de agua en toda la manzana y había que iniciar la larga vuelta.
El sol seguía pegando y muchos hinchas decidieron volver con los micros de la hinchada. Otros esperaron el ómnibus de los jugadores que, por el tráfico, llegó a Belgrano cerca de las 21 horas. Desde lo futbolístico, el viaje había constituido una decepción pero nos dejaba un intenso anecdotario para recordar. Una excursión verdaderamente inolvidable.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por esta nota, soy de la Villa, de los de antes, y sé lo que se sufrió para llegar hasta donde hoy estamos, luego en el partido de vuelta en el bajo, año 1994, mi hermano con 17 años de edad quedó detenido por realizar gestos obscenos de cara a la tribuna local. Mi papá y mi mamá me llevaron con ellos a buscarlo al día siguiente a una comisaría del Bajo Belgrano, yo sólo tenía 3 años en ese momento. Es algo imborrable. Gracias por esta nota nuevamente. Saludos desde BERISSO!!!

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