sábado, 25 de febrero de 2012

Def. Cambaceres 1 - Excursionistas 7 (24.9.1983) Parte 2

Por Marcos Damián Tricarico.
“El camino va quedando expedito” fue el título utilizado por nuestra inolvidable revista “Excursio, una voz de Belgrano”, luego del importantísimo empate ante Ituzaingó en calidad de visitante. Y cuanta razón tenía dicho titular, ya que el “verde del oeste” era en ese momento del campeonato, el principal contendiente en la pelea por una plaza en el Octogonal del ‘83. Luego de este valioso resultado, Excursionistas viajaba a Ensenada para enfrentar a un necesitado Cambaceres, que se debatía por permanecer en la categoría. La sangre en el ojo por aquellos dos tiros libres de Osvaldo “Patota” Potente perduraba aún, y con dicha sensación concurrimos a ver este encuentro con ánimo de revancha, esa que solamente otorga el fútbol y no ninguna otra. Mayúscula sorpresa nos llevamos al observar que el local, ya no tenía en su equipo a aquellas veteranas figuras; de todos modos ello de ninguna manera iba en detrimento de aquel deseo de revancha. Viajes largos si los había para llegar a una cancha era éste: primero en el viejo Ferrocarril Roca hasta La Plata para luego, combinar con el colectivo local que compartí con el querido “gordo” Terenzio y su hermano Roberto. Al llegar a la cancha reconocieron a un amigo en común con Guillermo Bustos y logramos ingresar por el portón de atrás sin abonar entrada. La expectativa por la clasificación crecía como el juego de Excursio en el torneo: a pasos agigantados. El equipo definitivamente había encontrado a sus 11 jugadores que se jugarían por el ascenso, y que fecha tras fecha iban demostrándolo, como esa tarde en donde la actuación fue sencillamente sensacional. No tuvo fisuras, fue dominador absoluto, serio y leal ya que en ningún momento “sobró” la situación; jugó con la conciencia de saber que se enfrentaba ante una buena posibilidad de hacer una diferencia en goles, que pudiera servir ante cualquier eventualidad de definición de puestos clasificatorios. Aquella tarde Defensores de Cambaceres, más allá de haber sufrido una goleada histórica por 7 a 1, que de manera alguna condenó su futuro en la divisional, pudo tener el placer de observar y degustar la primera y única vez en la que el “Beto” Horvath, a lo largo de su vasta trayectoria, convirtiera 4 goles en un partido. Los otros dos goles del “Paragua” Martínez Fariña y del puntero Morel, daban cifras finales a un partido que ingresó en la historia de las grandes goleadas del “Verde”. La victoria ante el rojo de Ensenada, le otorgó a Excursionistas los puntos suficientes para estirar la diferencia existente con Ituzaingó, que había perdido en la barranca de Quilmes ante Argentino, y meterse de lleno en un octogonal que en breve lo tendría de principal protagonista. Tarde de sol y de goles; de revancha saciada y de un costoso largo viaje de ida y vuelta en pesos, que se buscó recuperar en la estación Constitución ofreciéndo los boletos al 50% de su valor.

domingo, 12 de febrero de 2012

Excursionistas 2 - Def. Cambaceres 2 (14.5.1983) Parte 1.

Por Marcos Damián Tricarico
Se daba por hecho que Excursionistas conquistaría aquella tarde los dos puntos que le permitieran seguir peleando el ansiado ascenso a la “B”. Nadie preveía la pérdida de unidad alguna, a excepción de un señor de contextura física no muy delgada, un tanto calvo y que por sus propios medios se había acercado hasta La Pampa 1376. Un tipo común que con un sobretodo y un pequeño bolso, ingresó al vestuario para calzarse la “10” roja de Defensores de Cambaceres, un equipo que permanentemente vivía haciendo equilibrio para no caer en el vacío del descenso. Me refiero a Osvaldo Potente, figura destacadísima en el Boca Juniors de la década de los ’70, quien junto a otro veterano, Alfredo Letanú, goleador de Boca y Estudiantes de La Plata y al rubio Emir Arrambide, símbolo de aquel conjunto de Ensenada, llegaban al “Bajo” con el único objetivo de sumar al menos un punto para engrosar su pobre promedio. ¡Por favor; mirá si nos vamos a preocupar por este partido!, ¡dejáte de embromar, a estos veteranos les pasamos el trapo! fueron algunas de las reflexiones que priori todos supimos esbozar. Y la verdad, como siempre suele suceder, no estuvo en los dichos sino en el verde césped, como bien definió en su momento el inolvidable Ángel Labruna; y justamente allí Excursio no pudo mostrar la superioridad que de por sí reflejaba la tabla de posiciones. Más allá de haber sido dominador del encuentro, careció de justeza para definir en el área de un rival, que sólo atinaba a defenderse y muy de vez en cuando llegar hasta el arco de Peralta Luna. En uno de los esporádicos avances del visitante se produjo un tiro libre; el calvo hombre del bolso tomó la pelota, era la segunda o tercera que había tocado en el transcurso del partido, y convirtió el gol que abría el marcador del encuentro. De no creer, no había razón alguna que mínimamente explicara lo que hasta allí era inexplicable. Costó y mucho remontar el resultado porque al shock que generó el gol, se le sumó la ansiedad y la exigencia de todos los “leales” presentes en el “coliseo”. El resultado se pudo revertir gracias a los goles del zurdo Leguizamón y de Heinrich, hasta que promediando los 30 minutos y cuando todos creíamos que el partido estaba definido, otra vez un tiro libre en el arco de La Pampa y otro vez el hombre del bolsito colocaba, con un disparo fuerte y bajo pegadito al palo derecho de Peralta Luna, el 2 a 2 final con el que terminó el partido. Recuerdo un vano intento de Mazariche de hacerle creer al árbitro que la pelota había entrado por el costado del arco. La sorpresa vivida aquél día junto a “Calú” Mosquera fue tan grande, que quizás se constituyó en el preanuncio de otra que estaría por llegar, y no por nuevo tiro libre de Potente, sino por la sorpresiva partida de nuestro entrenador, Edgardo Marchetti.