viernes, 30 de marzo de 2012

Atlanta 0 – Excursionistas 1 (30.12.1955)

Finalizado el torneo de 1954, Excursionistas había logrado alcanzar los 35 puntos que lo ubicaron en la mitad de la tabla de posiciones. El equipo que se coronó campeón fue Estudiantes de La Plata de gran campaña, seguido muy de cerca por Argentinos Jrs. y Colón. Para 1955 Excursionistas mantuvo prácticamente el mismo equipo. La única incorporación para destacar fue la del arquero Carlos Mario Facciola, proveniente de Argentinos Jrs. y poseedor de una gran contextura física, tal vez un tanto excedida, que le hizo ganar el mote de “la vaca voladora”.
En la primera fecha el verde visitó a All Boys y ganó 2-1 con goles de Nieves y Tulio González. Todo hacía presagiar otro torneo con similares características al anterior, sin grandes brillos ni sobresaltos. La realidad, sin embargo, iba a demostrar que el campeonato sería un drama. El verde recién volvió a conocer la victoria en la séptima fecha en la barranca quilmeña frente a Argentino. Pero lo peor estaba por llegar…. En las siguientes 19 fechas solo consiguió vencer en tres ocasiones: en Escalada a Talleres por 1-0, en Santa Fe a un encumbrado Unión por 2-1 (siendo ésta una de las dos victorias en cancha del tatengue en toda nuestra historia) y a Colón en Belgrano por 3-2. Luego del triunfo frente a los sabaleros, restaban por disputarse cinco fechas y el panorama era peligroso. Los últimos tres puestos de la tabla de posiciones estaban ocupados por All Boys 20 pts., Excursionistas 19 pts. y Defensores 15 pts. Aún había 10 puntos más en juego y el último descendería a Primera C.
En la jornada 30º Excursio rescató un punto en Mataderos con Nueva Chicago, mientras que All Boys y Defe ganaron sus respectivos encuentros. En la fecha 31º llamativamente los tres equipos en cuestión fueron derrotados. El sábado siguiente los albos le ganaron a Almagro y con esa victoria pusieron a salvo su estadía en la categoría. El domingo 23 de diciembre el verde cayó en Banfield por 4 a 1 y Defe por su parte goleó a Temperley por el mismo score. El escenario estaba al rojo vivo: Excursio 20 pts. y Defensores 19 y quedaban todavía por disputarse dos fechas.
Es difícil imaginar hoy en día como habrán pasado la Navidad del ´55 nuestros hinchas, pero seguramente a la hora de los brindis, no sería difícil de adivinar cuál fue el tema predominante. El 27 de diciembre Excursionistas venció a Quilmes por 1-0 en el Bajo Belgrano y Defe 3-2 a Argentino de Quilmes en el sur. Ambos llegaban a la última fecha separados por un punto en un mano a mano dramático. Los rojinegros recibían a Almagro en Núñez, un tricolor que se ubicaba entre los últimos puestos de la tabla. Excursionistas visitaba a Atlanta en cancha de Platense.
La última fecha jugada el 30 de diciembre no se olvidaría jamás. Iniciada la jornada, inmediatamente llegó por radio la información que daba cuenta de un gol rojinegro. Excursio estaba obligado a ganar si quería evitar el descenso, pero no había forma de abrir el marcador. Mientras… la cruel radio volvía a informar que Defe ahora ganaba por 3-0. Sin embargo, algo extraño sucedió aquella tarde en Manuela Pedraza y Crámer…. Cuentan los más antiguos hinchas del verde, que luego de una situación harto confusa dentro del área el juez marcó penal para Excursionistas. Era la oportunidad!!!!! Quedaban escasos minutos para el final. Increíblemente, ningún jugador quería hacerse cargo de semejante responsabilidad y finalmente aquel arquero mencionado Carlos Facciola, abandonando el arco fue en busca del balón. Corajudo y con nervios de acero, luego de acomodarlo, esperó el pitazo del árbitro. Serenamente envió la pelota al fondo del arco, dejando al arquero Angel Rocha sin chances. Poco quedaba ya y los últimos minutos transcurrieron entre muchos nervios y poca novedad hasta el pitazo final. El verde de esta forma esquivó el descenso y los hinchas en forma de agradecimiento, no dejaban de corear desde la tribuna el clásico ¡¡¡FACCIOLA, FACCIOLA, LA VACA VOLADORA!!!.
Carlos Mario Facciola atajó en Excursio durante los torneos de 1955,1956 y 1957, además de ganarse el apodo de “la vaca voladora” por su impresionante contextura física y su habilidad para volar en cada atajada, siempre quedó en el corazón de los hinchas desde aquella tarde. Atajó en 73 partidos (esta entre los 10 que mas lo hicieron en la historia del club) y convirtió un gol en primera. Un gol que sirvió nada menos que para eludir un descenso y mandar a los vecinos de siempre un escalafón abajo en el fútbol argentino.

lunes, 26 de marzo de 2012

Excursionistas 4 - Sarmiento de Junín 1 (17/5/1989)

Por Marcos Damián Tricarico.
Tanto había cambiado la actitud del equipo, que a pesar de la derrota en Junín ante Sarmiento por 3 a 1, en todos los “leales” existía la confianza de dar vuelta el resultado y obtener el pasaje a la final del octogonal. La esperanza estaba, pero a decir verdad, la empresa de remontar dos goles y ante un duro rival como Sarmiento no era fácil. Pese a jugarse en un día laborable, bastante público acompañó al visitante hasta el estadio de All Boys, aunque en comparación con la cantidad de “leales” presentes, tal convocatoria era escasa. El DT Guillermo Tuya debía pensar, en la previa, un sistema que posibilitara a Excursionistas acceder a un gol rápidamente y desde allí empezar a presionar para manejar, si se quiere, psicológicamente el partido. No sé con exactitud si llegó a elaborar tal estratagema pero lo que sí sé con precisión, es que al cabo de los primeros diez minutos de juego, el Verde se había puesto al frente en el marcador por 2 a 0. Los goles de José Luis Eckerdt y de un eficaz Aragón nos ponían de cara a la posibilidad cierta de pasar a la final del torneo. Excursionistas fue una tromba de fútbol y de garra; sorprendió a su rival y no le dejó siquiera posibilidad alguna de trasponer la línea divisoria del campo de juego. Esos minutos fueron a todo vértigo, tanto que hasta el recordado Antonio Gorsd, a grito pelado, pedía tranquilidad a los jugadores. Es que tanto ímpetu debía ser controlado para no sufrir algún contraataque que nos perjudicara luego. El pedido tuvo cierto eco ya que Excursio bajó los decibeles de intensidad, y con inteligencia siguió controlando las acciones del juego. Pero como es costumbre en nuestra sufrida historia, en el último minuto del primer tiempo a través de un tiro libre ejecutado por el zaguero Olavarriaga, Sarmiento consiguió el descuento que le daba el acceso a la final. Otro partido se iniciaba con los 45 minutos finales, ya que el visitante se aferraría a dicho resultado, mientras el Verde debía ir otra vez búsqueda del gol que le diera la posibilidad, al menos de llegar al alargue. Con nervios, ansiedades y angustias, en un contexto en donde las agujas del reloj comenzaban a clavarse en el ánimo, se fue desarrollando este segundo período. Para instancias definitorias como ésta siempre se debe tener, más allá de la actitud y de la voluntad, la presencia de alguien distinto, ya sea por su juego o su condición goleadora, afortunadamente Excursionistas lo tuvo en Claudio Caimi, quien promediando la etapa y a cinco minutos del final establecía el 4 a 1 logrando el pase a la gran final por el ascenso. Locura, alegría, éxtasis, euforia y porque no lágrimas en muchos de los rostros presentes tanto en la platea, como en la popular superior de la tribuna, dieron el marco ideal para abrazarnos otra vez a la ilusión de volver a la “B”. Brazos en alto y un solo grito “CURSIONISTAS, CURSIONISTAS” rompieron en Floresta la tranquilidad de una tarde que difícilmente se pueda olvidar.

viernes, 16 de marzo de 2012

San Telmo 0 - Excursionistas 1 (18/4/1987)

Por Marcos Damián Tricarico.
Sin dudas era el partido del campeonato; aquí uno de los dos se despedía de la lucha franca por el título, y el que triunfara sabía perfectamente que le jugaría el ascenso directo a la “B” al puntero Laferrere. Mucha gente de Excursionistas llegó hasta a la Isla Maciel para ver este partido incluso en número superior al local, que a manera de recibimiento, nos arrojó durante gran parte del primer tiempo numerosas piedras, dado que la tribuna lateral había sido dividida y en ella se encontraban ubicadas ambas hinchadas, todos unidos en un solo objetivo: el campeonato. Toda la pasión y la fe centrada en lo que pudiera hacer nuestro equipo en la cancha. Y toda la atención puesta tanto en la transmisión radial del partido que el puntero jugaría con Argentino de Quilmes en la barranca quilmeña, como también en los hechos que sucedían en la Plaza de Mayo y en el cuartel de Martelli, con la rebelión de un grupo de facciosos autodenominados “carapintadas”, quienes buscaban poner en jaque la novel democracia que vivía nuestra Argentina. En este contexto, el Verde fue a pelear por su destino; en ningún momento dudó en salir a buscar el partido; lo hizo con inteligencia y prudencia sabiendo que cada pelota y que cada acción, demandaría un esfuerzo supremo por parte de cada uno de los integrantes de este enorme equipo. El equipo seguía siendo el mismo, sin variantes tanto en nombres como en posiciones; sólo restaba saber cómo y cuándo podría establecer una diferencia que, como estaba planteado el encuentro, sería mínima y decisiva. Los primeros 45 minutos fueron de mucha tensión y fricción; San Telmo intentó imponer el juego fuerte como arma de amedrentamiento, aunque de poco le sirvió porque el Verde además de saber jugar sabía también “poner”. Sin mayores variantes salvo un par de centros aislados y algunos tiros de larga distancia, la primera etapa se fue sin modificación alguna. Quedaba el segundo período y aquí sí alguno de los dos debería jugarse por el triunfo ya que un empate los marginaba a ambos; “el que hace el gol gana” y GANÓ EXCURSIONISTAS CARAJO gracias a un jugada que nació del lateral derecho de nuestro ataque, el “Polaco” Caimi recibió un centro a media altura, aguantando la marca de su defensor arqueó su cuerpo, y dio su latigazo seco que rompió el arco defendido por Mena. GOOOOOLLLL y emoción ya que con este resultado y el transitorio empate de Laferrere, el Verde alcanzaba a tan sólo tres fechas del final la punta del campeonato. Había que aguantar y se aguantó; con fútbol y decisión de una defensa impasable, de un medio campo luchador y de un Amulet auxiliador como nunca y como pocos; siempre él se las rebuscaba para recibir libre de marca y llevarse la pelota bien lejos del campo Verde. El final llegó, y con los abrazos y también las lágrimas de un triunfo inolvidable que sólo lo eclipsó el gol del puntero a poco de terminar su partido, pero sirvió para demostrar que en la brava Excursio siempre se agranda.

sábado, 10 de marzo de 2012

Excursionistas 1 - Almagro 2 (7.12.1985) Parte 2

Por Marcos Damián Tricarico.
La hora de la verdad llegaba al Bajo Belgrano; más allá del mal tiempo reinante y de las condiciones del campo de juego, todo estaba dado para que Excursionistas pasara los cuartos de final y prosiguiera su camino en búsqueda de su tradicional lugar: la Primera “B”. Mucho público de uno y otro bando, como suele suceder en todo clásico, con gran colorido en las tribunas y mucho fervor en los cánticos de aliento. Los “leales”, sin importar la pobre imagen que había dado el “Verde” en José Ingenieros, llegábamos con confianza e ilusión ya que, aún con el empate, se aseguraba el pasaje a la siguiente ronda. Por lo visto aquella tarde, no siempre tener dos resultados a favor es sinónimo de objetivo cumplido; lo digo ya que en ocasiones nos preguntábamos por qué nos tocaba estar obligados a un solo resultado y el rival a dos; y en otras por qué no teníamos la chance de definir la serie en condición de local. En fin, lo cierto y concreto es que a lo largo del tiempo, nos sucedieron todas las probabilidades de definición, y las mismas se nos escurrieron como agua entre las manos, al igual que en ésta, ya que el agua no faltó a la cita, puesto que la lluvia que cayó sobre gran parte del partido fue muy intensa. Pensábamos que la actitud calculadora que tuvo Excursionistas en el partido de ida, se debía exclusivamente al carácter de jugar de visitante, y que no era un sistema de juego a implementarse en la serie. El “Verde” se equivocó en querer llevar a cabo nuevamente el mismo sistema táctico, dado que permitió dejar venir a un Almagro necesitado y obligado; tanto lo dejó venir que el visitante paulatinamente fue ganando la posesión del terreno y la pelota. Lentamente el trabajo realizado por Mazariche, (¿lo recuerda?) y Ruiz en el mediocampo, más los desplazamientos ofensivos de Horvath (¿le resulta conocido?) y de un ignoto Omar Catalán, que tres años después pasaría a la historia grande del Racing Club, convirtiendo el gol con el que la “Academia” conquistara la Supercopa, fue cimentando el triunfo “tricolor” que lograría con goles de Horvath de penal y de Omar Catalán, éste último luego de un grosero e imperdonable error de Julio Panelo, del quien no se tenía el mejor de los recuerdos tras su actuación dos años antes en la final con Talleres en Escalada. La jugada fatídica se produjo cuando el zaguero intentó jugar para atrás una pelota que tenía muchas probabilidades de quedarse frenada en el barro, como finalmente ocurrió y a la que se le conjugaron la salida tardía del arquero Quiroga y la velocidad del mencionado Catalán. Allí todo acabó, más allá del penal convertido por Saa y del descuento otorgado por el árbitro. La nueva decepción se daba la mano otra vez con una historia repetida; las broncas y los análisis futboleros estuvieron por doquier en el patio del “cabildo,” y se vieron alterados por fuerte reproches efectuados al zaguero Panelo, quien malamente pretendió repeler el mismo aduciendo estar bajo los síntomas de un shock nervioso, que no justifiqué en aquel momento ni aún hoy justifico.

jueves, 1 de marzo de 2012

Almagro 0 - Excursionistas 0 (4.12.1985) Parte 1

Por Marcos Damián Tricarico.
La etapa regular del campeonato de la Primera “C” había concluído. Defensa y Justicia lograba coronarse campeón, por ende, obtuvo el ascenso a la Primera “B” merecidamente. Se abría paso pues, al tradicional octogonal, que salía en la búsqueda del acompañante del “Halcón de Varela”; ocho equipos comenzaban dicha etapa con la idea de darle forma de ascenso a sus sueños. Como no podía ser de otra manera, dentro de ellos estaba nuestro querido Excursionistas. El equipo de Oscar “Nene” Gómez y Perfecto Rodríguez había terminado el torneo con 51 puntos al igual que Tristán Suárez y Deportivo Armenio. Pero por diferencia de gol quedó ubicado en el tercer puesto de la tabla, un hecho más que saliente ya que para la definición en las respectivas fases de este petit-torneo, a igualdad de puntos y goles correría tal ventaja deportiva. Todo estaba dado como para llegar a una final como la del ’83 con Talleres de Escalada, pero con el deseo que el resultado esta vez fuera muy distinto. Las ubicaciones en la tabla general determinaron que el cruce en cuartos de final sea con ¡Almagro!; sí, justo con el “tricolor” de José Ingenieros al cual siempre nos costaba ganarles. En esta ocasión contábamos con la esperanza de pasarlos, ya que por primera vez les habíamos ganado en el “Bajo” por 1 a 0 con gol del “Tano” José Di Rissio. De todas formas, era un clásico y como tal siempre el resultado está abierto; por ello y con enorme expectativa, los “leales” concurrimos al estadio de Almagro llenando gran parte de la popular visitante, muy a pesar de jugarse en un día de semana. El partido en sí no dio para comentario alguno porque fue aburrido y sin emociones; parecían jugar ambos a “no jugar”, con un local que quería y no podía y un Excursio que podía pero que se conformaba con el empate, sabiendo que la vuelta se jugaría en “Pampa y Miñones” y que corría con la ventaja deportiva. El aliento fue constante, como también los cánticos cruzados con la hinchada local que invitaban a un encuentro en el puente de Víctor Hugo y General Paz, y recordar de ese modo “viejos tiempos”; usted me entiende ¿no?. La manera irónica de jugar del uruguayo Méndez Pereira, el arquero de Almagro, y la pasión que de por sí genera solamente Excursionistas nos mantuvo con energía durante un segundo tiempo malísimo; tan es así que la única situación de gol que se produjo en todo ese período fue un centro que Rubén Saá desperdició estando solo, solito y solo, en medio del área y de cara al arco en el que todos estábamos apostados. Al errarle olímpicamente a la pelota, el inolvidable “Polaco” José Arnaldo Yasbak, “el viejo de Manliba”, vociferó con su timbre de voz particular “¡TIZAAAAAAAAAAAAAAAA!”. Después de dicha jugada, nada más quedó por reflejar; el partido se fue sin siquiera dejar motivo para comentario alguno, salvo el recuerdo de esta singular jugada que, tres días después en la revancha, sería recordada con enorme decepción por ser lo que no fue y por no lograr evitar lo que si fue.